lunes, 5 de octubre de 2015

EL ALZHEIMER

 
El día 21 de Septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer. La gente se interesa por conocer la naturaleza de esta enfermedad, por sus manifestaciones y sus consecuencias.

 

Pero… ¿qué es el Alzheimer?.
Si preguntamos a un médico, nos dirá que: “ el Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que provoca en quien la padece un progresivo deterioro cognitivo y graves alteraciones de conducta. Y que en estos momentos es una enfermedad incurable”.
Indudablemente, todo eso es cierto.
Pero el Alzheimer es algo más, es mucho más que eso.
-El Alzheimer es un pozo profundo, negro, donde se entierran esperanzas, ilusiones y anhelos que en tiempos pretéritos, aunque a veces no muy lejanos, fueron motor de vida del enfermo y sus allegados.
-El Alzheimer es como una escalera cuyos peldaños solamente consienten el descenso. Es como si esos peldaños tuviesen un mecanismo de bloqueo que impidiesen la subida a quien lo intentara.
-Es la lucha por recordar lo que notas que se olvida, para, a continuación, inmediatamente, volver a olvidar lo que acabas de recordar.
-El Alzheimer es una tela de araña que atrapa al enfermo, y que en el combate por intentar romperla, debilita física y psíquicamente, hasta la extenuación, al propio enfermo y a todos los que afectivamente están próximos a él.
-El Alzheimer es esa enfermedad que padeció Adolfo Suárez, el que fuera presidente del gobierno de España. En algún lugar he leído que cuando le comunicaron la muerte de su hija Mariam, simplemente contestó:
                            -Mariam, pero…. ¿quién es Mariam?
-El Alzheimer es ese Hola! o ese Adiós! que se dice sin hablar, con una sonrisa inexpresiva, porque se han olvidado las palabras para poder decirlo de viva voz.
-También es aquella frase: ¿… y tú quién eres? con la que finalizaba aquella película, tierna y brutal, que tanto nos conmovió en su momento.
En otro orden de cosas, el Alzheimer es una estadística administrativa.
Con frecuencia, y más en estos días, escuchamos decir que:
             -En la actualidad hay tantos miles de enfermos en España y tantos miles en todo el mundo.
             -Que se espera que la incidencia de la enfermedad progrese de una forma acelerada.
             -Que a mediados del siglo XXI, habrá muchos miles de enfermos más.
Y no solamente es una estadística administrativa. Es el estéril campo de batalla dialéctico, donde los políticos de uno y otro signo  baten sus armas para intentar convencernos de que con ellos todo iría mejor. 
Y en el ojo del huracán que supone todo esto, y como protagonistas, el enfermo y su cuidador.
El enfermo, normalmente, anda desorientado y perdido, es una persona que si en algún momento puede pensar, piensa:
             -No sé quién soy.
             -Tampoco sé dónde estoy. Pero dondequiera que esté, lo que quiero es irme a mi casa. ¿  Dónde está
             mi casa?.
             -¿Cómo me llamo?.  A veces oigo un nombre pero no sé si es a mí a quien nombran.
             -Me dan algo para comer y me dicen que eso me gustaba mucho antes, ¿cuándo es antes?
             -Estoy en un laberinto de habitaciones y pasillos. Busco una salida pero no puedo escapar. Parece que
             me tienen encerrado.
             -Me están robando mi dinero.
             -Hoy he hablado con una persona muy simpática, a la que creo conocer. La veo siempre que me lle-
             van al aseo. Me dicen que mire al espejo y vea lo bien que estoy.
             -Estoy triste y muy enfadado. Me han dicho que no pongo atención y  que me tienen que repetir las cosas. Pero no es eso. ¡ Simplemente es que se me olvida todo!.
 
Y finalmente el cuidador. No me refiero al cuidador profesional, el que a cambio de una compensación económica atiende, a veces muy bien, a veces menos bien, al enfermo.
Me refiero a ese esposo o esposa, a ese hijo o hija que multiplicándose hasta el agotamiento, se ocupa de su familiar.
Esa persona que, a las tres o a las cuatro de la mañana de cualquier día, de muchos días, oye al enfermo o enferma levantarse de la cama, y le pregunta:
                            -pero mamá  ¿dónde vas tan temprano?. Son las tres de la mañana.
Y mamá responderá:
-No sé qué hora es, pero tengo que hacer la maleta porque me voy de viaje y he de tenerla preparada. Eso o algo parecido es, seguramente, lo que responderá.
Y entonces le dirán:
                            -Duérmete mamá, duérmete, que todavía es muy temprano. Son las 3 de la mañana. 
Cuidador es también esa persona, ya mayor, que atiende a su cónyuge, también mayor, y que cualquier día, aplastado por la soledad, incapaz y sintiendo que la vida se le escapa, en un arrebato inexplicable, acaba con la vida de la persona que está cuidando.
Al día siguiente , las noticias dirán que ha habido un nuevo caso de violencia de género. Pero no.
Yo creo que eso no es violencia de género. Eso es el cansancio insoportable ante la falta de unas ayudas tantas veces prometidas y en tan pocas ocasiones recibidas.
Todo esto y mucho más es el Alzheimer.

 

Luis Ponce Sánchez
Junta Directiva de AFA
 
 
Elda, Septiembre de 2015