martes, 15 de marzo de 2016

QUERIÉNDONOS

           Recientemente, gracias al Dr. Javier Campayo, descubrí que el colectivo de personas donde mayor burnout (síndrome del cuidador quemado) se producía era en las ONGs, gran sorpresa para mí que llevo casi 20 años dedicándome a una, y colaborando con todas aquellas que me lo han pedido, y por eso quiero romper una lanza hacia todos los colectivos donde nuestra motivación y dedicación es primordial para poder ejercer nuestro trabajo, y voy más allá, donde la motivación y la dedicación se agotan, y donde también se descubre que la empatía también se agota, donde llega un punto en el que si sigues poniéndote en la situación del otro, tus defensas cognitivas se ven forzadas a inmunizarse porque si no, ante tanto malestar con que nos encontramos, llegaría una mañana que no podríamos ni levantarnos por sentirnos tal mal como las personas a las que atendemos ¿quién puede ser completamente inmune a otros seres humanos, sobre todo cuando nos tenemos que dedicar a ellos?.
En las Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer, esta experiencia es diaria, atendemos a los usuarios de nuestros Centros, atendemos a los familiares que quieren venir a compartir con nosotros sus angustias, conocemos las necesidades y carencias que tienen las asociaciones a las que pertenecemos y las de nuestro entorno, escuchamos problemas, y continuamente tenemos que hacer valer nuestro trabajo.
            Por lo tanto, y retomando al Dr. Campayo, ¿cómo lo podemos solucionar? Con compasión, llenarnos nosotros primero para poder dar, si nosotros no nos cuidamos, queremos y agradecemos (a nosotros y a los demás), que somos personas que necesitamos tanto afecto como las personas a las que tratamos, y podemos ser conscientes y tener capacidad para pedirlo (como un niño cuando llora porque le pasa algo), sólo hay que volver a descubrir que se puede recuperar esta capacidad, que habíamos olvidado con los años, porque socialmente “está feo” que se muestren nuestras debilidades, eso en medio de la jungla sería ser devorado, estamos programados para luchar por nuestra supervivencia, a coste de vivir con un alto grado de ansiedad y estrés, para superarnos, para ser mejor que los otros, para “llegar más lejos”, para subir en el escalafón, para ganar más, para comprarnos un mejor coche, para… para… para.
Hoy día, me anima a continuar, el saber que podemos ser un soplo de esperanza y ayuda para todas esas personas a las que atendemos, que a pesar de los años pasados y las muchas personas que han acudido a nosotros, otras muchas vendrán, y no podemos darles la espalda, por muchos sinsabores que recibamos, pero que tenemos que estar fuertes para conseguirlo, que necesitamos apoyarnos entre nosotros, que necesitamos querernos en la misma medida que ellos nos van a pedir que les queramos.
           Esta es mi reflexión antes de concluir mi participación en el comité de expertos de FEVAFA, aunque podrán seguir contando conmigo y ahí estaré si así lo consideran necesario, un gran abrazo para todos, y GRACIAS ROSANA.
 

Ángeles Ferrándiz
Miembro del Comité de Expertos de FEVAFA
Licenciada en Psicología-Directora Centro de Día Alzheimer de Villena